Entorno

Entorno macroeconómico

El crecimiento económico, en general, se mantuvo en niveles relativamente elevados durante la primera mitad del año 2022. El ahorro previamente acumulado, el proceso de normalización de la actividad tras las restricciones y disrupciones generadas por la pandemia de COVID-19 así como el dinamismo de los mercados laborales han contribuido, en particular, al desempeño del consumo privado y del sector de servicios.

La economía global muestra, sin embargo, señales crecientes de desaceleración, en un entorno marcado por las fuertes presiones inflacionarias, un agresivo endurecimiento de las condiciones monetarias, el impacto negativo de la guerra en Ucrania y el menor crecimiento en China.

La inflación sigue elevada y continúa sorprendiendo al alza. En términos anuales, ha alcanzado el 9,9% en la Eurozona y el 8,2% en Estados Unidos en septiembre. Los precios de muchas materias primas y los problemas en las cadenas de suministro globales se han moderado en los últimos meses, en cierta medida por las perspectivas de menor demanda global, pero siguen relativamente altos. El significativo aumento del precio del gas, producido por las restricciones de suministro por parte de Rusia, ha reforzado las presiones sobre los precios, principalmente en Europa. Además de mostrar mayor persistencia, las presiones inflacionistas también se han extendido a más tipos de bienes y servicios en los últimos meses.

En este contexto, los bancos centrales han puesto en marcha un proceso de endurecimiento de las condiciones monetarias más agresivo que lo esperado por la mayoría de analistas. La Reserva Federal de Estados Unidos (en adelante Fed) ha aumentado los tipos de interés de referencia en 300 puntos básicos desde el inicio del año 2022 hasta el 3,25% en septiembre y ha iniciado el proceso de ventas de activos para reducir el tamaño de su balance. Asimismo, ha indicado que las subidas de tipos de interés continuarán en los próximos meses. De acuerdo con BBVA Research, lo más probable es que los tipos de interés alcancen alrededor del 4,75% al inicio de 2023. En la Eurozona, desde julio a septiembre, el BCE ha subido los tipos de interés oficiales en 125 puntos básicos. Tanto en la Eurozona, como en Estados Unidos, por lo tanto, lo más probable es que los tipos de interés pronto converjan a niveles claramente contractivos, dado el compromiso de los bancos centrales en controlar la inflación pese los eventuales efectos negativos sobre la actividad económica.

En un contexto de elevada incertidumbre, el escenario central de BBVA Research considera que la economía global se ralentizará significativamente en el futuro próximo, con eventuales episodios de recesión en la Eurozona y Estados Unidos. A esta ralentización del crecimiento contribuiría, principalmente, el significativo endurecimiento de las condiciones monetarias, en un contexto en que los precios de las materias primas (en particular del gas, en Europa) y las disrupciones de oferta seguirán pesando negativamente sobre la actividad.

Según BBVA Research, tras aumentar un 6,2% en 2021, el PIB global crecerá un 3,2% en 2022 y un 2,4% en 2023, respectivamente 0,2 y 0,1 puntos porcentuales por debajo de la estimación de hace tres meses. En Estados Unidos el crecimiento se reduciría hasta el 1,7% en 2022 y el 0,5% en 2023, cuando el fuerte ajuste monetario generaría una suave recesión. En la Eurozona, son probables ligeras caídas del PIB durante los próximos trimestres, fundamentalmente por las disrupciones creadas por la guerra en Ucrania, incluyendo los elevados precios del gas. El crecimiento anual en la región sería de 3,1% en 2022 y -0,1% en 2023. En China, el crecimiento alcanzaría el 3,6% en 2022 y 5,2% en 2023, pero el mantenimiento de política de tolerancia cero con respecto al COVID-19, que podría causar nuevas restricciones de movilidad ante un eventual aumento de los casos de coronavirus en el futuro, y las tensiones financieras provocadas por los desequilibrios en los mercados inmobiliarios podrían desencadenar un crecimiento económico menor al previsto.

Los riesgos en torno a este escenario central son significativos y sesgan a la baja las previsiones de crecimiento de BBVA Research. En particular, una mayor persistencia de la inflación podría desencadenar subidas aún más severas de los tipos de interés, y por lo tanto una recesión más profunda y generalizada así como escenarios de volatilidad financiera.