En primer lugar, un modelo de portfolio que se caracteriza, por un lado, por una diversificación muy equilibrada en términos de geografías, negocios y clientes. Y por otro, por unas franquicias líderes en todos los mercados en los que tiene presencia.
En segundo lugar, un modelo de gestión basado en la toma de decisiones bajo dos principios directores: la prudencia y la anticipación. La prudencia se materializa en lo referente a la gestión de riesgos estructurales, riesgo de crédito, gestión de capital y operaciones corporativas. Y la anticipación, que se refiere a la capacidad para tomar decisiones que anticipen cambios relevantes en el entorno, la competencia y los clientes, con repercusión en el medio plazo.
El tercer pilar es un modelo de rentabilidad ajustada a principios, que sitúa a las personas en el centro del negocio.
Estos principios que inspiran nuestra actividad son la integridad, la prudencia y la transparencia. La integridad, como manifestación de la ética en nuestras actuaciones y en todas nuestras relaciones con los grupos de interés. La prudencia, entendida como precaución en la asunción del riesgo. La transparencia, como máxima para ofrecer un acceso a la información clara y veraz dentro de los límites de la legalidad.
Y por último, un modelo de negocio orientado al cliente, que ofrece un servicio diferencial con un objetivo muy ambicioso: ser líderes en satisfacción de la clientela en todas las geografías en las que operamos.
La combinación de estos cuatro pilares hace genuino el modelo de hacer banca de BBVA, y genera dos fuentes de ventaja competitiva: recurrencia y fortaleza estructural.
Este modelo ha permitido a BBVA registrar un performance diferencial durante la crisis y contar con un excelente punto de partida para afrontar con éxito los retos en el futuro.
En primer lugar, un modelo de portfolio que se caracteriza, por un lado, por una diversificación muy equilibrada en términos de geografías, negocios y clientes. Y por otro, por unas franquicias líderes en todos los mercados en los que tiene presencia.
En segundo lugar, un modelo de gestión basado en la toma de decisiones bajo dos principios directores: la prudencia y la anticipación. La prudencia se materializa en lo referente a la gestión de riesgos estructurales, riesgo de crédito, gestión de capital y operaciones corporativas. Y la anticipación, que se refiere a la capacidad para tomar decisiones que anticipen cambios relevantes en el entorno, la competencia y los clientes, con repercusión en el medio plazo.
El tercer pilar es un modelo de rentabilidad ajustada a principios, que sitúa a las personas en el centro del negocio.
Estos principios que inspiran nuestra actividad son la integridad, la prudencia y la transparencia. La integridad, como manifestación de la ética en nuestras actuaciones y en todas nuestras relaciones con los grupos de interés. La prudencia, entendida como precaución en la asunción del riesgo. La transparencia, como máxima para ofrecer un acceso a la información clara y veraz dentro de los límites de la legalidad.
Y por último, un modelo de negocio orientado al cliente, que ofrece un servicio diferencial con un objetivo muy ambicioso: ser líderes en satisfacción de la clientela en todas las geografías en las que operamos.
La combinación de estos cuatro pilares hace genuino el modelo de hacer banca de BBVA, y genera dos fuentes de ventaja competitiva: recurrencia y fortaleza estructural.
Este modelo ha permitido a BBVA registrar un performance diferencial durante la crisis y contar con un excelente punto de partida para afrontar con éxito los retos en el futuro.