Entorno

Entorno macroeconómico

En 2021 la economía mundial creció de manera significativa, recuperándose, en parte, de la crisis generada por la pandemia, que provocó una fuerte caída del PIB mundial en 2020. El relevante repunte del crecimiento global se ha debido al progreso en la vacunación contra el COVID-19 y a los significativos estímulos económicos adoptados por parte de las autoridades.

Los indicadores de actividad muestran, sin embargo, que el proceso de recuperación económica ha perdido ímpetu desde mediados del año pasado, a la vez que la inflación ha aumentado significativamente, en un entorno en el que los efectos de la aparición de nuevas cepas de COVID-19 han contribuido a reforzar los problemas en las cadenas de suministro globales observados desde el inicio de 2021.

El reciente inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia y las sanciones que ha desencadenado representan un significativo choque de oferta sobre la economía mundial, que probablemente reforzará la tendencia de moderación del crecimiento y acentuará las actuales presiones inflacionistas, principalmente en los países europeos, debido a sus relativamente significativos lazos económicos con Ucrania y Rusia. Previsiblemente, los efectos económicos se darán principalmente a través del mayor precio de las materias primas, aunque también a través de los canales financieros y de confianza, así como de un deterioro adicional de los problemas en las cadenas de suministro globales.

Pese a la elevada incertidumbre actual, el escenario central que BBVA Research maneja en sus estimaciones considera que el proceso de recuperación de la economía global continuará previsiblemente en los próximos meses, aunque a un ritmo ligeramente inferior al previsto en otoño de 2021. Según BBVA Research, tras aumentar un 6,1% en 2021, el PIB global crecerá 4,0% en 2022, cuatro décimas por debajo de lo esperado hace tres meses. El crecimiento del PIB en 2022 se mantendría relativamente elevado en Estados Unidos y en China (3,1% y 5,2%, respectivamente) y, en menor medida, también en Europa (alrededor de 2,0%) donde el impacto de la guerra en Ucrania sería en alguna medida amortiguado por nuevas medidas de estímulo fiscal.

En un contexto de mayores precios de las materias primas y restricciones adicionales en las cadenas de suministro globales, la inflación, que se sitúa actualmente por encima del nivel de 7% tanto en Estados Unidos como en la Eurozona, se mantendría elevada en 2022, alrededor del 6% en promedio, en ambas zonas geográficas, mientras que seguiría estando más contenida en China, de acuerdo con las estimaciones de BBVA Research.

Pese al probable efecto negativo de la guerra sobre la actividad económica, se espera que los principales bancos centrales mantengan el foco en la creciente inflación y sigan llevando a cabo su plan de retirada de los estímulos monetarios. En Estados Unidos, la Reserva Federal inició en marzo el proceso de normalización de los tipos de interés de política monetaria que, según BBVA Research, podrían converger hacia alrededor de 2% a finales de 2022. En la Eurozona, el BCE finalizó el programa extraordinario de compras diseñado para hacer frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés). A pesar de que se mantiene el programa standard (APP, por sus siglas en inglés), las compras de activos se irán moderando en los próximos meses, allanando el camino para subidas de los tipos de interés de política monetaria a partir del último trimestre de 2022.

Los riesgos sobre este escenario económico son significativos y están sesgados a la baja para la actividad. Entre otros, incluyen i) un deterioro de la guerra entre Ucrania y Rusia y una escalada adicional de las sanciones; ii) una recesión económica y turbulencias financieras causadas por la retirada de los estímulos monetarios y iii) mayores restricciones de movilidad en China por el aumento de los casos de COVID-19.