Durante el año 2014 se ha asistido a una recuperación en el crecimiento de la economía mundial, pero con comportamientos divergentes entre áreas geográficas: mejoras sostenidas en Estados Unidos, crecimientos reducidos en Europa y Japón y moderación en China y en otras grandes economías emergentes. Lo anterior ha tenido un impacto en la trayectoria de los índices bursátiles, tanto generales como sectoriales (el sector bancario ha experimentado un comportamiento, de modo generalizado, más débil que los respectivos índices generales).