Los primeros indicadores avanzados del tercer trimestre de 2013 parecen indicar que la actividad económica en España empieza a estabilizarse, incluso algunos comienzan a dar señales de crecimiento. Estas mejores perspectivas serían resultado de tres factores: la fortaleza de la actividad exportadora, la relajación de las tensiones financieras y el menor esfuerzo fiscal realizado en 2013.
En el sector financiero del país, el proceso de reestructuración progresa de acuerdo al calendario previsto y las entidades recapitalizadas están cumpliendo adecuadamente los planes de reestructuración impuestos, que incluían programas de desinversión, ajuste de capacidad y reajuste de balance. En este contexto, la actividad comercial de las entidades de crédito continúa desarrollándose en un entorno complicado, operando con tipos de interés muy bajos, con reducidos niveles de actividad crediticia y con una calidad que sigue deteriorándose. Así, la tasa de mora alcanza el 12,0% para el conjunto del sistema, según la última información disponible de finales de julio, particularmente afectada por las nuevas recomendaciones de clasificación de los créditos refinanciados, así como por el descenso del volumen de préstamos.