A lo largo de 2013, el mercado inmobiliario español ha mostrado las primeras señales positivas en cuanto a ventas y precios se refiere, especialmente en los municipios costeros insulares y mediterráneos. El aumento de la demanda derivado del regreso de inversores, fundamentalmente extranjeros, pero también nacionales a este segmento, ha llevado a un incremento de las ventas y a una estabilización de los precios en aquellas provincias más volcadas al sector turístico. En los mercados del interior, el proceso de ajuste no ha terminado, observándose todavía un cierto exceso de oferta que presiona sobre los precios, que continúan descendiendo, aunque a tasas más contenidas que las del año pasado.
Por lo que a la producción se refiere, la edificación de viviendas se encuentra en mínimos, aunque dando ya señales claras de haber tocado suelo. En definitiva, el sector inmobiliario residencial ha sufrido un ajuste significativo en los pasados ejercicios y es de esperar que con la incipiente recuperación económica en España iniciada en la segunda parte del año, paulatinamente, aumente la demanda y se estabilicen los precios, especialmente en aquellos mercados más orientados al comprador nacional.