En la primera mitad de 2013, la economía mexicana experimentó una intensa desaceleración (incluida una caída del PIB en el segundo trimestre), que progresivamente se ha ido corrigiendo hasta cerrar 2013 con indicios de recuperación, especialmente del sector manufacturero, propiciada por una mayor demanda externa. Además, la inflación, pese al repunte registrado en el cuarto trimestre, se ha mantenido bajo control, en especial en su componente subyacente, lo que ha permitido un nuevo recorte de tipos por parte del Banco Central de México (Banxico) en la segunda parte del año para impulsar el crecimiento.
En este contexto, el tipo de cambio del peso mexicano frente al euro ha vuelto a depreciarse en los 3 últimos meses de 2013, si bien a una tasa menor que en el trimestre anterior. Esta trayectoria impacta negativamente en la comparativa del balance y actividad del área, tanto en el trimestre como en el año 2013. En resultados, el efecto también es negativo en los últimos 3 meses, pero prácticamente neutro en el ejercicio. Como viene siendo habitual, todos los comentarios que se refieran a tasas de variación vendrán expresados a tipo de cambio constante, salvo que expresamente se diga otra cosa.
Por lo que se refiere al sector bancario, el pasado 22 de noviembre Banxico dio a conocer su informe sobre el sistema, en el cual destaca su fortaleza, elevada solvencia y rentabilidad, pero también un menor ritmo de avance. La desaceleración del crecimiento económico durante la primera parte de 2013 ha provocado una moderación de la tasa de incremento del crédito (+10,1% interanual, con datos a noviembre de 2013, frente a un +13,0% de la misma fecha del año anterior, según cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores –CNBV–) y un repunte de la morosidad, muy concentrada en las empresas del sector de la construcción de vivienda y en algunos segmentos de crédito al consumo.