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Metodologías de cuantificación del riesgo de crédito

La gestión y medición de riesgos en BBVA son dos elementos diferenciadores en el Grupo que permiten liderar las mejores prácticas del mercado y el cumplimiento de las directrices marcadas en Basilea II.

La cuantificación del riesgo de crédito en el Banco se realiza mediante dos medidas principales: la pérdida esperada (PE) y el capital económico (CE). La pérdida esperada refleja el valor medio de las pérdidas. Se considera como coste del negocio y está asociada a la política de provisiones del Grupo. Sin embargo, el capital económico es la cantidad de capital que se considera necesario para cubrir las pérdidas inesperadas surgidas de la posibilidad de que las pérdidas reales sean superiores a las esperadas.

Estas medidas de riesgos se combinan con la información de rentabilidad en el marco de la gestión basada en valor, integrando así el binomio rentabilidad-riesgo en la toma de decisiones, desde la definición de la estrategia de negocio hasta la aprobación de créditos individuales, la fijación de precios, la evaluación de carteras en mora, la incentivación a las áreas del Grupo, etc.

Existen tres parámetros de riesgo esenciales en el proceso de obtención de las medidas antes citadas (PE y CE): la probabilidad de incumplimiento (probability of default, PD), la severidad (loss given default, LGD) y la exposición en el momento del incumplimiento (Exposición at default, EAD), que son generalmente estimados haciendo uso de la información histórica disponible en los sistemas, y que se asignan a las operaciones y clientes dependiendo de sus características. En este contexto, las herramientas de calificación crediticia (ratings y scorings) evalúan el riesgo de cada operación/cliente en función de su calidad crediticia mediante una puntuación, que se emplea en la asignación de métricas de riesgo junto con otras informaciones adicionales: antigüedad de los contratos, ratio préstamo/valor, segmento de clientes, etc. El incremento del número de incumplimientos observado debido a la actual coyuntura contribuye a reforzar la robustez de los parámetros de riesgo, ajustando las estimaciones de los mismos y refinando las metodologías. Esta incorporación a las bases de datos de años de desaceleración económica es de especial relevancia para depurar los análisis del comportamiento cíclico del riesgo de crédito. El efecto en la estimación de PD y en el factor de conversión de crédito (credit conversion factor, CCF) es inmediato. En cambio, para analizar el impacto en LGD será necesario esperar a la maduración de los procesos recuperatorios asociados a dichos incumplimientos. En este sentido, la situación actual podría estar provocando una dilatación temporal en el proceso recuperatorio del cliente y alterando su comportamiento, por lo que las consecuencias de la crisis en las estimaciones de LGD se observarán a largo plazo, aunque el ajuste a ciclo de la severidad, LRLGD (long run LGD), mitiga este efecto.

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