El año 2009 tuvo dos partes marcadamente diferenciadas: durante el primer trimestre, muchas entidades financieras sufrieron dificultades en la gestión de la liquidez y de sus riesgos asociados como consecuencia de la desconfianza entre gran parte de las contrapartidas del mercado. Los spreads crediticios aplicados, tanto en el mercado primario (emisiones), como en el secundario y en el de derivados (credit default swap, CDS), alcanzaron máximos desde que, en verano de 2007, comenzara su tensionamiento. Posteriormente, y a partir de las medidas extraordinarias adoptadas por gobiernos y bancos centrales para estabilizar el sistema financiero, dichos diferenciales se fueron reduciendo paulatinamente. En el gráfico CDS Senior BBVA 5 años se muestra la cotización del credit default swap negociado sobre BBVA a lo largo de 2009.
En ese contexto, la gestión de la liquidez por parte de BBVA se ha basado, entre otros aspectos, en la anticipación y en un prudente control del riesgo asumido, apoyados en una favorable percepción del Mercado respecto a la fortaleza relativa de BBVA. Ello permitió a la Entidad realizar emisiones mayoristas de largo plazo de modo selectivo. En todos los casos, el Banco se ha financiado de modo autónomo, acorde a su rating y capacidad de generar resultados recurrentes y sin tener que recurrir, en ningún momento, a apoyos o avales públicos. El control del riesgo de liquidez en 2009 se ha basado también en el mantenimiento permanente de un colchón suficiente de activos líquidos plenamente disponibles para redescuento que cubriera los principales compromisos de la Entidad a corto plazo. Dicha política coincide con la propuesta regulatoria (documento consultivo) que ha realizado el BIS, en diciembre de 2009, para su implantación futura.
La política de emisiones en 2009 ha sido selectiva y encaminada a asegurar una financiación diversificada por contrapartes, instrumentos, plazos, divisas y zonas geográficas. Ello ha permitido que el año transcurriera para BBVA sin mayores tensiones en la parte de liquidez, con consumos moderados, una participación mínima o nula en las subastas ordinarias del Banco Central y estabilidad en los principales indicadores de liquidez. Muestra de ello, el gráfico siguiente detalla la evolución relativa anual de uno de los indicadores utilizados para realizar el seguimiento de la posición de liquidez y de su riesgo potencial.
La colocación de 1.000 millones de euros de deuda senior en enero, el incremento en la captación de recursos líquidos o la reapertura del mercado de cédulas hipotecarias en octubre, han sido hitos importantes que demuestran la confianza de clientes minoristas y mayoristas en la Entidad.
Gestión Financiera realiza la gestión integral de la liquidez en BBVA. Su implementación se realiza acorde a un extenso marco de límites, sublímites y alertas aprobados por la CDP, sobre los que el área de Riesgos realiza, de modo independiente, su labor de medición y control, a la vez que provee al gestor de herramientas de apoyo y métricas para la toma de decisiones.
El modelo de BBVA se caracteriza por una separación de funciones en la gestión y el control de la liquidez en los diversos bancos, acorde a un esquema corporativo de medición, control y supervisión. En dicho modelo se realizan, además de los análisis diarios y mensuales correspondientes, pruebas de estrés con una periodicidad, al menos, mensual. Adicionalmente, cada entidad cuenta con su Plan de Contingencias para posibles situaciones de tensión. En él se definen las competencias de cada área del Grupo y los diversos comités jerárquicos que se encargarían del seguimiento y resolución de una eventual tensión de liquidez.